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El arqueólogo alemán Dr. Nicolaus Seefeld (Rheinische-Friedrichs-Universität Bonn) estaba investigando los rasgos hidráulicos de una ciudad Maya clásica, ubicada en el extremo sur del estado de Campeche, cuando hizo un descubrimiento impresionante: En una cueva artificial encontró los restos humanos de 20 individuos decapitadas y desarticuladas. Los más que 4.000 fragmentos óseos forman el entierro múltiple mejor conservado del área Maya. Sin embargo, diez años después de su descubrimiento fortuito en Uxul, los restos corren peligro de descomponerse debido a las influencias medioambientales. Para protegerlos, cada objeto y fragmento se tiene que conservar cuidadosamente. "Es una delgada línea entre la necesidad de preservar el hallazgo, pero al mismo tiempo no cubrir las huellas de violencia física", dice Seefeld. Porque los huesos son la prueba de un rito cruel.